Si invertimos tiempo y esfuerzo en pensar cómo nos peinamos, vestimos, maquillamos y lucimos cada día, ¿por qué no tomarnos unos minutos en elegir las palabras con las que nos comunicamos? Nuestro vocabulario es parte de nuestra carta de presentación y dice mucho de quiénes somos, qué pensamos, qué sentimos, qué persona queremos llegar a ser. ¿Realmente las palabras que pronunciamos reflejan fielmente quiénes somos? ¿Podemos llegar a discriminar mediante nuestro léxico sin darnos cuenta? ¿Qué tipo de diálogo interior mantienes y qué te dices a ti misma? ¿Hablar en español determina nuestra forma de entender el mundo? ¿Hablo diferente por ser mujer? ¿Cambiando mis palabras cambio mi realidad, lo que puedo llegar a alcanzar, lo que quiero ser?

Si al modificar las palabras que uso puedo modificar mi pensamiento, quizá pueda llegar a cambiar mi percepción de la realidad y.… la propia realidad. Solo hay una forma de averiguarlo. Merece la pena intentarlo y ver qué pasa